martes, 24 de diciembre de 2013

BOUDICA , la reina britana

Era una mujer muy aguerrida, destacaba por la armadura que siempre portaba y que estaba remachada de oro, Sus ataques iban acompañados con el sonido de trompetas con el fin de intimidar a sus enemigos. Uno de los aspectos más llamativos es, que para combatir los icenos siempre se pintaban de azul, color producido por la sustancia glasto. Con esto conseguían dos efectos; en primer lugar, producir miedo. En segundo lugar, el glasto tiene cualidades antisépticas que les ayudaban a prevenir infecciones en el caso de resultar heridos en los combates

Boudica provenía de una familia de aristócratas icenos, recibiendo una buena educación. Era descrita como una mujer alta, con voz áspera y mirada desafiante y dura. Su cabello era pelirrojo y su melena le llegaba hasta la cadera, se dice que tenía poderes esotéricos. Siempre iba vestida con una larga túnica de muchos colores y un manto grueso ajustado con un broche de oro. Sus collares también eran de oro y que en el mundo celta representaba a la nobleza. El historiador romano Dión Casio la describía “siempre que hablaba, sostenía una lanza con la mano para aterrorizar a cualquiera que la contemplase”.



El emperador Claudio ordenó invadir Britania en el año 43 d. C. con la finalidad de obtener gloria milita, que conllevase su reconocimiento como emperador, así como conseguir las famosas riquezas de Britania, que llenarían nuevamente las arcas de Roma, tras el despilfarro provocado por su antecesor, el emperador Calígula. Sin embargo, los territorios ocupados por las tribus icenas no fueron ocupadas por los romanos. debido a que el rey de estos Prasutagus se alió con los romanos.

El rey Verica, que era aliado de Roma, pide ayuda al emperador para así poder hacer frente a Tododumnus y Caracatus. Fueron enviadas cuatro legiones, la IX Hispana, la II Augusta, XIV Germana y la XX Valeria Victroix, bajo el mando del cónsul Aulas Plantius, consiguiendo la rendición de once reyes locales.

Boudica se casó con el rey de los icenos Prasutagus con el que tuvo dos hijas. Cuando los romanos llegaron, se hace rey cliente de Roma. Prasutagus no tiene hijos, esto no es importante pues dentro de la realeza icena podían pasar el trono a las hijas El rey decide para asegurar la independencia de su reino, nombrar coheredero de su reino al emperador romano junto a su dos hijas. Prasutagus pedía con frecuencia dinero a los romanos, lo que le permitió tener una vida muy lujosa.




En la época romana, este tipo de testamentos eran habituales, pues lo que se conseguía era que al menos durante la vida del rey se respetara esta independencia. Sin embargo, en la ley romana, la herencia solo se daba a través de la línea masculina.
Cuando muere Prasutagus, Roma estaba dirigida por el emperador Nerón. Los romanos ocuparon el territorio iceno y fueron asimilados a Roma. Las tierras y todos los bienes fueron confiscados y la nobleza icena fue tratada como esclavos.

El procurador Cato Deciano tenía como misión los asuntos financieros del emperador, hizo enviar a las fuerzas militares al territorio iceno para cobrar las deudas que Prasutagus les debía. Como la reina Boudica no podía pagar las deudas contraídas con los romanos, éstos las cobraron haciendo esclavos a todos los icenos. Los romanos cuando llegan al territorio lo hacen con violencia, saqueando e incendiando las aldeas.





Como consecuencia de estos hechos, la reina Boudica protesta ante los romanos por lo que están haciendo. Estos sacan a la reina desnuda de su palacio y la azotan en la plaza pública. Además de este hecho, los jefes romanos también violaron a su dos hijas públicamente.
La reina Boudica declara vengarse de los romanos y hacerles pagar por lo que han hecho. De esta forma, Boudica empieza a conspirar y a unificar a las tribus icenas junto a otras tribus celtas como los trinovantes.

En el año 60 d.C, el gobernador romano Cayo Suetonio Paulino debe hacer frente a los rebeldes britanos situados en la isla de Mona en la región de Gales, momento este que es aprovechado por la reina Boudica para sublevarse contra Roma.

Bajo el liderazgo de la reina Boudica se unieron entre 100.000 y 200.000 guerreros britanos. Su primer objetivo fue Castra de Camulodunum, la actual Colchester, que era la capital de Trinovantia y se encontraba protegida por murallas.

Los habitantes trinovanos, que vivían en ella se sentían muy molestos con los romanos por varias causas, entre ellas están, que habían levantado un templo en honor del emperador Claudio con sus impuestos y además estaban cansados por los malos tratos, que sistemáticamente les infligían los romanos.





Los trinovanos de la ciudad boicotearon todo lo que pudieron las fortificaciones. La ciudad pidió refuerzos al procurador Cato Deciano, que sólo pudo mandar a dos centurias de tropas auxiliares. El ejército de Boudica asaltó, destruyéndola y matando a todos los romanos de ella.
Para hacer frente al ejército de Boudica se mandó a la legión IX Hispana al mando del Petilio Cerial. Los rebeldes icenos le tienden una emboscada que produce la muerte de casi toda la legión con más de cinco mil legionarios muertos.

El siguiente objetivo de Boudica es Londinium (Londres), que era una ciudad no fortificada, lo cual no la hacia defendible. El gobernador de ella, Suetonio se retira y la deja indefensa ante los britanos. Es conquistada por Boudica, matando a todos sus habitantes e incendiándola.
Posteriormente, atacó la ciudad de Verulanium (Saint Albans), sus habitantes eran odiados por los britanos por su colaboracionismo con el Imperio Romano.

Ante la gravedad de la situación en Britania para los romanos, el cónsul Suetonio Paulino pidió nuevas fuerzas y fueron enviadas la legiones XI Augusta, la XV Germana y la XI Valeria Victroix, a la que se unieron numerosas fuerzas auxiliares que fueron adiestradas con máxima rapidez. Sin embargo no se sabe porque no llego la XI Augusta.

Suetonio presentó batalla con estas fuerzas a la reina Boudica en Watling Street, a pesar de que las fuerzas romanas eran inferiores en número, cinco a uno. El lugar donde eligió Suetonio la batalla era una especie de desfiladero con paredes en terraza, que le protegía por los flancos y con una suave pendiente descendiente, y a sus espaldas estaba un bosque, con lo cual los britanos no podían atacarles por la retaguardia, pero al mismo tiempo, en caso de derrota no podían retirarse, con lo cual o se ganaba la batalla o era la muerte.

Boudica siempre invocaba antes de las batallas la ayuda de la diosa Andraste, la diosa celta del triunfo. Arengó a sus tropas diciendo “Nada está a salvo de la arrogancia y del orgullo romano. Desfigurarán lo sagrado y desflorarán a nuestras vírgenes………ganaremos esta batalla o moriremos. Eso es lo que yo, que soy mujer, me propongo hacer. Qué los hombres vivan esclavos si lo desean…….”

Por su parte, el cónsul Suetonio arengó a las tropas romanas diciendo “….no temáis su espíritu rebelde. Su audacia nace de su temeridad, pero sin las armas ni la disciplina………….. Somos romanos y hemos conquistado el mundo gracias a nuestro valor……. Ignorar los clamores de estos salvajes. Hay más mujeres que hombres en sus filas. No son soldados y no están debidamente equipados. Los hemos vencido antes y cuando vean nuestro hierro y sientan nuestro valor, cederán al momento. Aguantad hombro con hombro. Lanzad los venablos, y luego avanzad. Olvidaros del botín. Tan sólo ganad y lo tendréis todo”.

El ejército britano era muy numeroso pero no era uniforme en el armamento que tenían, así como la edad de sus hombres que oscilaban entre los diez y setenta años. Además cometieron un error táctico importante, al colocar detrás de las líneas de combate los carros de transporte y las familias, con lo que la retirada era imposible

El cónsul Suetonio ordenó colocar a las legiones en filas de siete en fondo, con escudos, espadas y dos lanzas por soldado. Formó cuñas, que las componían la infantería pesada y las tropas auxiliares. De esta forma, las cuñas destrozaban a los britanos. Cuando avanzan, las tropas romanas hicieron caer sobre los icenos una lluvia de lanzas que diezmaron sus primeras líneas. Los icenos, que esperaban un combate cuerpo a cuerpo, no pudieron hacerles frente acabando rematados por la caballería.

 
Suetonio hizo avanzar a los soldados a paso lento pero sostenido, en una línea en forma de sierra dentada, cubriendo los flancos con los escudos. Los legionarios defendidos por los escudos, atravesaban a los icenos con sus espadas. Cada cinco minutos de combate a una señal de sus oficiales, dejaban el puesto al que formaba detrás, colocándose entonces en la última posición. Esta táctica permitía entrar en combate a soldados frescos, permitiendo recuperarse a lo que ya habían combatido.

Los romanos rápidamente llegaron a la zona de los carros de transporte y a los familiares, no teniendo piedad. Murieron unos 80.000 britanos y apenas unos 400 romanos.Boudica tras la derrota intentó evitar ser hecha prisionera y se suicidó con la ingesta de veneno. No se sabe con seguridad, lo que sucedió con sus hijas, pero también debieron suicidarse con veneno.




La reina Boudica desapareció de la historia, hasta que el siglo XIX fue recuperada y ensalzada por la historia británica, convirtiéndola en heroína nacional. En el año 1905, se erige la estatua de Boudica triunfante subida en su carro de combate, que se instaló junto al río Tamesis, frente al Parlamento británico en Londres, ciudad que ella había destruido. Esta estatua simboliza el sentimiento de libertad del pueblo de Britania.

La Mujer Celta

Las mujeres celtas tenían un desarrollado gusto por la coquetería. Llevaban sus cabelleras trenzadas, usaban muchos adornos y hasta cosían pequeñas campanillas en sus ropas a fin de llamar la atención. Se maquillaban con una hierba llamada "ruan" y con jugo de bayas.
 
Pero estas misma mujeres, mantenían una estrecha relación con los hombres de la tribu, trabajaban desde su niñez y aprendían el manejo de las armas a corta edad. Debido a su vida de viajeras, estaban preparadas para el combate y para defenderse tanto de serpientes como de osos.



 La mujer ocupa un lugar de gran importancia en el mundo celta hasta el punto de que dioses y héroes reciben, en muchas ocasiones, el nombre materno. Madres, esposas, hermanas, amigas y amantes, también sabían luchar en la batalla; entendían de leyes, dirigían hogares, trabajan el campo, se experimentaban en la lucha; conocían las ciencias de la magia, la poesía y la escritura. Su situación era de igual a igual, respecto al hombre, en la sociedad celta, una característica que recuerda mucho a la posición de la mujer en el antiguo Egipto, muy similar al caso de las mujeres celtas. Se confiaba mucho en sus conocimientos del mundo natural, con independencia de la indiscutible sabiduría druídica; no tenían tabúes en el campo de la sexualidad y defendían a sangre y fuego a su pueblo en caso de ser atacados por algún enemigo. La multiplicidad de diosas que cuenta el mundo celta demuestra la importancia de la mujer en su sociedad, sin robarle la suya a los varones.



En el caso del origen de los Tuatha Dè Dannae, se les conoce como los hijos de la diosa Danu. Los hijos de la diosa DANA.

En todas las culturas precélticas indoeuropeas el papel de las diosas-madre fue básico. Las primeras diosas madre simbolizaron la fuerza de la tierra para cubrir las necesidades de los hombres; concedía fertilidad, acompañaban a los hombres en su soledad, les sanaban en caso de mala salud.

El Sanas Cormaic irlandés la llaman ANA a DANA.



En Killarney, Munster, se elevan dos colinas a las que se les dio el nombre de Da Chích Anann o “los dos pechos de Ana”, en alusión a su tarea nutricia. La propia Irlanda fue llamada îat Anann. En muchos monumentos megalíticos suelen representarse sus atributos: el hacha, que representa la autoridad sacrificial; el cayado de pastor, como guía y la serpiente, como fuerza fecundadora. También hay en sus cercanías animales con cuernos como ciervos, vacas, toros, bueyes, carneros, al ser tribus que conseguían buena parte de su alimento con la caza. Los Tuatha recibieron a esta diosa madre Dana, o Ana, como herencia de otras culturas más antiguas, extendiéndose luego por todo el mundo celta.




Los celtas conservaron, pese a su arrolladora masculinidad y una organización básicamente patriarcal, una indiscutible devoción hacia Dana, la dama de los dólmenes, como madre de todos los dioses. Los relatos populares la consideran como reina de las hadas, de los enanos o korrigans, a cuyo cuidado estaban confiadas enormes riquezas subterráneas. La consideraban, en resumen, la gran regidora de un inframundo misterioso y, en ocasiones, hasta mortal. Hay quien dice que era esa anciana de aspecto terrible, hechicera implacable pero también bienhechora que no desdeñaba echar una mano a quienes lo necesitaban, si demostraban que tenían buen corazón. La diosa madre pasó a llamarse, tras la cristianización, Santa Ana, la madre de la Virgen María, mateniendo su antiguo prestigio como diosa de la fertilidad, y protectora bajo los auspicios de la luna. Los gaélicos la bautizaron con los nombres de Brigantia y Gwen.

 





Fueron muy consideradas en muchos aspectos y eran tan buenas guerreras como los hombres, con los mismos valores en la lucha que ellos, siendo usual que luchasen codo con codo, muy temidas por su valentía y fuerza, no se las vencía físicamente con facilidad; sin embargo sus mitos, sus creencias, no fueron destruidas por los romanos en la lucha, sino por los cristianos.
Las conquistas romanas y la inmersión en su mentalidad por parte de casi todos los pueblos celtas, excepción hecha de Irlanda y las altas Tierras Escocesas, se perdió considerable y notablemente la visión particular que se tenía de la mujer, no solo ya, en sus aptitudes guerreras, sino como ser viviente.

Ammanianus Mercellinus, dijo sobre las mujeres celtas: "Unas lobas en celo no lucharían tan rabiosamente para proteger a su camada como ellas..."
Los romanos, en su mayoría consideraban a la mujer como portadora de niños o simples objetos de placer. Como mucho, se la tenía en cuenta como ser capaz de dar continuidad a la “gens” romana. Sin embargo, y decididamente la función de la mujer como guerrera ya con la cristianización, perdió toda su importancia, y le fue arrebatada esa posibilidad.


Amorgen , el primer poeta irlandés

Amhairghin mac Míled o Amergin, conocido también como Amhairghin glúngel, fue el hijo de Míl Espáine (Mil de Hispania) druida, filidh y juez de los Milesianos, identificados dentro de la mitología Irlandesa como los primeros habitantes gaélicos de Irlanda. Existen varios poemas atribuidos a Amergin dentro de las sagas y leyendas irlandesas.

Los Milesios llegaron a Irlanda procedentes de Galicia para vengar la muerte de Ith (hijo de Breogán), un explorador que fue asesinado por tres de los Reyes de los Tuatha Dé Danann, los dioses irlandeses; Mac Cuill, Mac Cecht y Mac Gréine. Al llegar a tierra y pisar por primera vez con el pie derecho la Isla, Amergin entonó un himno, conocido como "La canción de Amergin". Las tres reinas de los Tuatha Dé Dannan, (Banba, Ériu y Fódla), dieron permiso a Amergin y su gente para asentarse en Irlanda. Cada una pidió que la Isla fuera nombrada en su honor; a lo cual Amergin accedió, Ériu se convirtió en el nombre principal de la isla, actualmente llamada Éire en gaélico Irlandés, y Banba y Fódla son nombres poéticos que se le dan a la isla, así como Albión para Inglaterra.


Empero, los Milesios tenían que ganar el reinado de la Isla en una batalla con los Reyes Irlandeses, sus Druidas y guerreros. Los Milesios aceptaron dejar la isla y alejarse nueve olas de distancia (una barrera mágica) antes de regresar a pelear. Pero, al haber alcanzado las distancia convenida, los Druidas del los Dé Dannan, invocaron una mágica tormenta para mantenerlos a raya y que no pudieran desembarcar de nuevo. Amergin realizó entonces la "Invocación de Irlanda" para derrotar la magia de los Dé Dannan y poder llegar a tierra con bien. Después de una feroz batalla, donde los Reyes Irlandeses fueron muertos en combates cuerpo a cuerpo con tres de los hijos de Mil, Eber Finn, Éremón y el mismísimo Amergin, los Milesios triunfaron. Amergin dividió la tierra entre sus dos hermanos, Eber tomando el sur y Éremón el norte. Los Tuatha Dé Dannan, se retiraron al Otro Mundo, volviéndose parte de la gente de los Áes Shíde (Hadas).

lunes, 2 de diciembre de 2013

Cú Chulainn - Guerrero Celta-

Cú Chulainn, también conocido como "el Aquiles irlandés" (debido a que le profetizaron ser el protagonista de grandes hazañas, recogidas en el libro "La batalla de los bueyes de Cualinge", que le harían famoso, y que moriría joven), es el h...éroe mitológico irlandés más famoso del ciclo del Ulster (Irlanda del Norte), así como dentro del folclore de Escocia y de la Isla de Man.
 
Hijo del dios Lugh y Dectera, hermana del rey del Ulster, su nombre originario era Setanta, pero tomó el nombre por el que es más conocido de Cú Chulainn ("el perro de Culann", en irlandés) cuando de niño, al ir a visitar a su padre adoptivo a casa del herrero Culann, mató a la perra que la guardaba. En ese momento se comprometió a hacer de perro guardián del herrero hasta que la cría de la difunta llegara a la edad adulta y pudiera hacer su trabajo.
 
 
 
 
 

 La formación como guerrero de Cú Chulainn la llevó a cabo la druidesa Skatsha, que le enseñó a utilizar su famosa lanza: Gae Bolg
. A los 17 años defendió el Ulster él solo contra los ejércitos de la reina Maeb de Connacht en la épica Táin Bó Cúailnge ("La batalla de los bueyes de Cualinge"). Se le conoce por su aterradora fiebre en la batalla o ríastrad,1 en la que se transforma en un monstruo irreconocible que no sabe ni de amigos ni de enemigos. Lucha montado en su carro, conducido por su leal auriga Láeg, y del que tiran sus caballos, Liath Macha y Dub Sainglend.


 Cú Chulainn murió luchando contra los ejércitos de las otras tres provincias de Irlanda, unidas por la reina Maeb. Se cuenta que luchó hasta la misma muerte, y los ejércitos enemigos sólo se decidieron a atacarle cuando vieron que un cuervo se posaba en su hombro para beber su sangre.
 

lunes, 7 de octubre de 2013

TORQUE

Un torque es un collar rígido y redondo, que esta abierto en la parte anterior, como una herradura circular. Típicamente las dos puntas del torque presentaban ornamentos esculpidos con esferas, cubos, o formas zoomórficas, y con menor frecuencia figuras humanas. El cuerpo del collar estaba normalmente, aunque no siempre, revestido. Aunque los más comunes eran los collares, existían también pulseras de esta forma. Los torques eran hechos de cuerdas de


metal entrelazado, normalmente oro, bronce o cobre, y en muy pocos casos plata.

 
 
Es importante notar que debido a que "torc" significa en Irlandes, antiguo jabalí, similar al galo "torcos", se puede establecer una relación con el valor sagrado del animal en la mitología celta. Esto haría pensar en alguna clase de equivalencia entre el collar y el símbolo animal para muerte y resurrección.
 
Los torques eran usados por varios pueblos de la Edad de Bronce, incluyendo a
 
 los gálatas (o celtas de Anatolia), varias tribus germánicas de Escitia, y a los Persas. Sin embargo, es ampliamente conocido como un collar típicamente céltico, de la época de La Tène, llevado sobre todo por bretones, galos e Iberos
 
Uno de las representaciones más tempranas conocidas de un torque puede ser encontrado en el Guerrero de Hirschlanden, una estatua itifálica de un guerrero desnudo hecho de arenisca, la más antigua representación antropomórfica de tamaño natural de la edad de hierro encontrada al norte de los Alpes. Fue realizada por la cultura Hallstat en la edad de hierro temprana (800-475 a.c) y puede ser observado en el Württembergisches Landesmuseum en Stuttgart.
 
Las representaciones de dioses y diosas en la mitología celta muestran frecuentemente el uso de torques. La famosa escultura del gálata moribundo copia romana del original griego, muestra a un guerrero galo herido que está desnudo salvo por el torque.
 
 
 
 
Algunos autores piensan que el torque era un ornamento femenino para las mujeres hasta el siglo IV a.c. , cuando se volvió un atributo de guerreros. Sin embargo la mayoría de los autores discrepa, argumentando que eran utilizados como señal de nobleza y de estado social alto: una decoración militar otorgada a los guerreos por sus hechos en batalla, así como un atributo divino, basado en que muchas representaciones de dioses celtas llevan uno o más torques

lunes, 11 de febrero de 2013

Historia: Los CELTAS


Los Celtas durante un tiempo dominó buena parte de Europa. Como guerreros, comerciantes y colonos, los celtas lucharon, comerciaron y se asentaron en todas las direcciones: por todo lo que hoy es Francia, España y Portugal hasta el rugiente Atlántico; al norte de las húmedas y heladas islas de Gran Bretaña e Irlanda; al sur cruzando los altos pasos alpinos hasta los fértiles valles del norte de Italia; y al este de los Balcanes y Grecia, donde cruzarían el Bósforo a Asia Menor para fundar una nación propia GALACIA- en el corazón de la actual Turquía. En su agresiva expasión por Europa, entre los siglos VII y I a. C., afectaron a menudo el curso de la historia antigua. Varias tribus celtas saquearon la Roma preimperial, apresuraron el declive de los etruscos, lanzaron incursiones contra Delfos, en Grecia, y según un relato incluso notaron un golpe de estado en Egipto.

 
Sin embargo, la imagen que nos ha llegado de los celtas como fieros luchadores que cortaban las cabezas de los guerreros enemigos como trofeos, ha tendido a oscurecer si lado pacífico. También fueron hábiles artesanos, constructores, trabajadores del hierro, carpinteros, comerciantes, y mineros. Aunque no dejaron grandes templos, ni ruinas de las , en sus tiempos, espléndidas ciudades, ni monumentos a ahora olvidados reyes, entre ellos hubo artistas de considerable estilo y sensibilidad, como han demostrado numerosos hallazgos  arqueológicos.

 De hecho los logros celtas en esta área impulsaron al arqueólogo italiano del siglo XX Sabatino Moscati a llamar a los celtas: 
 “ los primeros abstractos del mundo, los primeros modernos auténticos”.

Más aún, eran un pueblo inteligible, famoso por la elocuencia de los bardos y sacerdotes. Pero, sobre todo, eran agricultores. Aunque los hijos de los aristócratas y sus seguidores puede que estuvieran fuera luchando, la mayoría de los celtas trabajaban pacíficamente sus tierras y contaban sus riquezas en el número de cabezas de ganado que poseían